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Redes sociales son un peligro para los jóvenes

Adolescentes y redes sociales

Las redes sociales son un hecho social sobre todo entre nuestros jovenes, ignorarlo sería poner una venda en los ojos a nuestra realidad social.

Como todo hecho novedoso tiene sus defensores y detractores, pero poner puertas al campo parece una tarea imposible.

Su implantación alcanza una magnitud incuestionable que viene acrecentada sobre todo por su extensión e inclusión en los dispositivos móviles de última generación (smartphone), que ha hecho de las redes sociales todo un referente de comunicación y socialización entre los jóvenes. Nuestro deber como docentes es conocer estas redes sociales y educar a nuestro alumnado en un uso adecuado y seguro. Siempre es bueno saber las realidades (¡aunque sean virtuales!) por las que se mueve nuestro alumnado.

Las redes sociales son herramientas de comunicación muy potentes, permiten ver e insertar fotografías, vídeos y enviar mensajes entre usuarios. Todas estas funcionalidades son muy atractivas para nuestro alumnado que muchas veces no repara en los inconvenientes de este tipo de aplicaciones.

Al igual que otras herramientas y tecnologías, hemos de ser consecuentes en que nuestro alumnado no dejará de usar las redes sociales, pero nosotros podemos colaborar en que tengan un uso más adecuado y seguro.

Sin ninguna intención alarmista, sólo como tema de reflexión y necesidad educativa en el buen uso de estas herramientas os presentamos tres documentos que persiguen una concienciación sobre la protección de la intimidad y privacidad de nuestros menores.

Las redes sociales son un fenómeno gracias al poder de comunicación que la Internet facilita, sin embargo, el mal uso de ellas puede hacer que se creen adicciones, principalmente en los adolescentes.

De acuerdo con información de Reurters, el tiempo que los adolescentes pasan conectados a las redes sociales incrementa el riesgo de que fumen, beban alcohol y consuman drogas, según indica un sondeo nacional sobre actitudes relacionadas con el abuso de sustancias, efectuado en Estados Unidos.

En un día típico, 70% de los jóvenes estadounidenses (alrededor de 17 millones) de entre 12 y 17 años  pasaron desde un minuto hasta varias horas enFacebook, MySpace y otras redes sociales, según el Centro Nacional sobre Adicciones y Abuso de Sustancias (CASA, por sus siglas en inglés) de laColumbia University.

 Y dentro de ese mismo grupo, los adolescentes más inmersos en las redes sociales presentan cinco veces más posibilidades de fumar, son tres veces más propensos a beber alcohol, y dos veces más susceptibles a consumir mariguana que los que no destinan nada de su tiempo a las redes sociales.

La compañía Knowledge Networks encuestó a 1,037 adolescentes de 12 a 17 años y a 528 padres de esos jóvenes a través de Internet. QEV Analytics realizó la encuesta telefónica anual a 1,006 jóvenes de entre 12 y 17 años, haciendo preguntas empleadas por CASA para seguir tendencias.

 Los resultados relevaron que la mitad de los adolescentes que habían utilizado una red social el día de la encuesta vio fotos de jóvenes «borrachos, inconscientes o consumiendo drogas en esas páginas».

 Pero incluso más allá de los que las visitan a diario, 14% de los jóvenes que no habían utilizado una red social ese día dijo haber visto esa clase de imágenes en las páginas.

 Según el estudio, los jóvenes que habían visto esas imágenes tenían cuatro veces más probabilidades de poder conseguir mariguana, un tercio más de conseguir medicamentos de venta bajo receta, sin ella, y el doble de posibilidades de conseguir alcohol.

 Además, aquellos adolescentes que habían visto las imágenes eran dos veces más propensos a pensar que probarían drogas en el futuro, y tendían mucho más a tener amigos consumidores de sustancias ilegales.

 Pero los sondeos, que también interrogaron a adultos, hallaron que nueve de cada 10 padres no cree que los adolescentes que pasan tiempo conectados a las redes sociales sean más propensos a beber alcohol o consumir drogas.

 Los autores del informe instaron a los padres a presentar un frente unido y consistente ante el consumo de sustancias. También pidieron a los administradores de las redes sociales que retiren esas imágenes y les corten el acceso a los adolescentes que las suben.

Ven riesgos por  mal uso de redes sociales

El uso indebido de las redes sociales puede causar  que muchas personas caigan en delitos o sean víctimas de internautas  que utilizan esas plataformas para delinquir. Hasta una broma puede llevar a graves consecuencias, según distintas fuentes.

Usuarias de diferentes lugares  han sufrido los  efectos  de las redes, ya que en cuestión de minutos, una publicación  se hace viral y puede afectar a particulares e instituciones.

Algunas personas personas también han sido contactadas por estos medios, y luego han sido ultimadas.

Broma sale mal

Un caso  reciente ocurrió  en Huehuetenango, donde una estudiante de secundaria fue expulsada de un colegio  luego de que publicó en Facebook una fotografía de un arma de fuego y municiones en una mochila con cuadernos, con el mensaje “todo listo”.

Lesly López, coordinadora del área de Psicología de la clínica de Atención Integral del  Hospital Regional de Huehuetenango, señaló  que   algunas personas no pueden concentrarse en lo laboral y educativo  por el uso inadecuado  de las redes sociales.

Agregó que lo más peligroso es que por el uso indebido  se expone  la vida al caer en engaños o ser víctima de trata. Además,  algunos internautas  son influenciados negativamente.

López recordó  que en algunos casos   se publican imágenes con intención de una broma, pero sus consecuencias sociales y emocionales   son graves.

Érick Villatoro, auxiliar  de la Procuraduría de los Derechos Humanos, afirmó que la falta de cuidado de padres de familia  ha expuesto la integridad de   niños y adolescentes, pues  muchos menores  fingen tener más edad para abrir un perfil.

María Palacios, de 18 años, aseguró que  conoce a personas que han abierto un perfil de Facebook a  sus hijos menores de 10, para lo cual han dado  información falsa,  luego no controlan las publicaciones.

Daniel Mérida, coordinador de la Asociación para el Desarrollo Sostenible de la Juventud, señaló que sabe de casos sobre asesinatos y extorsiones mediante redes sociales, y para evitarlo los diputados deben legislar para considerar delito el mal uso de la internet.

Otro caso reciente   es el de una cuenta falsa que crearon algunos internautas  en Tecún Umán, San Marcos, donde publicaron mensajes amenazadores en una red  sobre que lanzarían  un atentado con explosivos contra una escuela.  Según las autoridades, estas publicaciones se convierten en delito.

Marvin Escobar,  de Protección de la Niñez y Adolescencia de la Policía Nacional Civil en Coatepeque, Quetzaltenango, dijo que las redes sociales   en ocasiones son utilizadas   para difamar, engañar y cometer  secuestro o asesinato.

No dar detalles

Pascual Domingo, de la Red Departamental de Hombres de Huehuetenango, advirtió de  que no se debe colocar toda la información personal en  perfiles de redes sociales, porque eso es  aprovechado por maleantes.

Añadió que para evitar casos de trata  se debe evitar acudir a citas por la web.

“La seguridad tiene que ver con el control que padres de familia tengan sobre el uso que  sus hijos  hagan de internet”, dijo.

El Centro de Estudios y Apoyo al Desarrollo Local de Chimaltenango ha implementado una campaña en colegios e institutos sobre el buen uso de las redes.

Gladis Marroquín, de esa  institución, dijo que  el objetivo es sensibilizar de los riesgos del mal uso de esas plataformas.

 Beneficios y riesgos

El uso de redes sociales sí tiene beneficios para los menores. “Se ha mostrado que Internet estimula un mayor número de regiones cerebrales, aumenta la memoria de trabajo, produce una mayor capacidad de aprendizaje perceptual y permite hacer frente a varios estímulos de manera simultánea.

Los nativos digitales tienen mejor habilidad para tomar decisiones rápidas. También genera beneficios en discapacitados auditivos”, señala la psicóloga Alejandra Díaz.

“Es necesario al comunicarse en forma virtual que los adolescentes logren releer lo que quieren transmitir y sean cuidadosos en los momentos de alta intensidad emocional, lo cual va ligado a su capacidad de reflexión, de control de impulsos y de postergación de la satisfacción inmediata de una necesidad. Es por esto que resulta fundamental la guía y la educación que puedan realizar los adultos significativos, tanto en la generación de filtros informáticos como en el desarrollo de la capacidad de autocontrol y autodirección en la red”, añade.

Pero esta participación, dice, también puede tener riesgos: “El feedback virtual puede ser perjudicial para algunos adolescentes, ya que se pueden expresar desde el anonimato, con un distanciamiento afectivo importante, con bajo nivel de empatía, una utilización del “pensamiento hablado” y con una gran dificultad para evaluar lo que sus mensajes están generando en el otro. Todo ello tiene consecuencias negativas en la construcción de la identidad de los jóvenes, especialmente cuando la difusión de contenidos negativos o descalificadores se propaga muy rápido y alcanza niveles insospechados”.

A veces ocurre que algunos adolescentes tienen dificultades para diferenciar el contenido público del privado: “No logran acceder a una conciencia que les permita evitar exponerse o verse expuestos a situaciones que, en lo inmediato, les pueden generar altos niveles de estrés y daños importantes en la visión de sí mismos, con serios riesgos para su salud mental”.

El abuso de redes sociales ha mostrado una asociación con depresión, Síndrome de Déficit Atencional con Hiperactividad, insomnio, disminución de horas total de sueño, disminución del rendimiento académico, repitencia y abandono escolar. También ha sido asociado con un amplio rango de problemas psicosociales. 

Supervisión de un adulto

Los siguientes son ejemplos de intervenciones que los padres pueden realizar como protección con sus hijos adolescentes:

  • Reducir tiempo de uso de redes sociales y de objetos tecnológicos a una o dos horas por día.
  • Definir en familia espacios libres de aparatos electrónicos.
  • Educar en mecanismos de autorregulación, ayudando a equilibrar las actividades online con las actividades offline.
  • Hablar con el/la adolescente sobre el uso de Internet, mostrándole que se confía en sus criterios y en su “no ingenuidad” (al hablar con ellos evitar actitud desconfiada y controladora para llegar a un acuerdo de uso seguro).
  • Trabajar en la comprensión de las consecuencias de lo que se hace y/o se dice en la web.
  • Instruirse en el uso de Internet y redes sociales. Conocer la jerga que se utiliza en ellas.
  • Recibir y pagar las cuentas de los celulares de los hijos (para tener la información de uso).
  • Crear una lista de reglas (sitios a los que puede acceder, tiempos de uso, horarios, contenidos).
  • Ubicar los computadores en lugares comunes (salas de estar) e instalar herramientas de filtros de contenido.
  • Controlar el historial de las páginas visitadas en el computador (si se ha vaciado el fichero, probablemente es por alguna razón). Los adolescentes deben saber que el historial del computador será verificado frecuentemente.
  • Durante la noche, desconectar Wi Fi y dejar los celulares fuera de la pieza.
  • Si un adolescente tiene acceso a una página que no es aceptable, los padres no deben reaccionar en forma exagerada.
  • Educar respecto de los riesgos asociados al uso de las redes sociales.
  • Ser consistentes con las consecuencias de un mal uso de las redes sociales. Para transgresión de normas deben existir sanciones consistentes y aplicables.
  • Estar alertas a cualquier variación significativa en el comportamiento físico, cognitivo, emocional y social del adolescente.

 

EL BULLYING

EL BULLYING UN CASO DE PROBLEMA MUNDIAL…

Bullying es una palabra inglesa, también conocido como “acoso escolar” o “hostigamiento escolar“, bullying está compuesto por la voz “bully” que quiere decir “maton” o “peleon” más la terminación “ing” que indica la acción o el resultado de una acción. Este vocablo no está dispuesto en el diccionario de la real academia pero puede ser definido como el maltrato o la conducta agresiva de un determinado individuo hacia otro, que constantemente se repite con el fin de producir daño premeditadamente a este. Este tipo de acoso se caracteriza por optar por un comportamiento cruel, brutal y muchas veces inhumano con el principal objetivo de infligir daño a una determinada persona para asustarlo o someterlo.

El bullying puede ser de tipo psicológico, verbal, social o físico. El psicológico es aquel donde atacan el autoestima de la persona e intentan producir sensación de temor en ella. Elverbal está caracterizado por todo tipo de insultos, apodos, sobrenombres, burla, desprecios, atacar los defectos físicos, entre otros de manera pública.

El bullying puede deberse a múltiples factores que entre ellos están los medios de comunicación, la familia, Entorno escolar, etc. por ejemplo en el entorno familiar, cuando los niños se ven expuestos a la violencia familiar, pueden adquirir ese tipo de comportamiento y manifestarlo con otras personas, dado que la percepción de la violencia es la alternativa más viable para ellos.

Los medios de comunicación influyen además en el comportamiento agresivo de los niños debido a los diferentes programas de violencia y acción.

En cuanto al entorno escolar, aquí los profesores cumplen un papel fundamental, puesto que son los encargados de disciplinar los niños en los distintos entes estudiantiles, puesto que en ellos es donde más se desarrolla el bullying.

Tipos de acoso escolar

Los profesores Iñaki Piñuel y Zabala y Araceli Oñate han descrito hasta 8 modalidades de acoso escolar, con la siguiente incidencia entre las víctimas:

  1. Bloqueo social (29,3%)
  2. Hostigamiento (20,9%)
  3. Manipulación (19,9%)
  4. Coacciones (17,4%)
  5. Exclusión social (16,0%)
  6. Intimidación (14,2%)
  7. Agresiones (12,8%)
  8. Amenazas (9,3%)

Causas

El agresor: características psicológicas y entorno familiar

Aunque el acosador escolar no tiene por qué padecer ninguna enfermedad mental o trastorno de la personalidad grave, presenta normalmente algún tipo de psicopatología. Fundamentalmente, presenta ausencia de empatía y algún tipo de distorsión cognitiva,y generalmente suele ser una persona que ha visto violencia con regularidad, se acostumbra a ella o en su casa sus acudientes se tratan agresivamente y lo tratan inadecuadamente a él.

La carencia de empatía explica su incapacidad para ponerse en el lugar del acosado y ser insensible al sufrimiento de este y que puede llegar al suicidio

El entorno escolar

Se puede dar el caso de que la ausencia en clase (o, en general, en el centro educativo) de un clima adecuado de convivencia pueda favorecer la aparición del acoso escolar. La responsabilidad al respecto oscila entre la figura de unos profesores que no han recibido una formación específica en cuestiones de intermediación en situaciones escolares conflictiva, y la disminución de su perfil de autoridad dentro de la sociedad actual.

Evolución de los casos de acoso escolar

El objetivo de la práctica del acoso escolar es intimidar, apocar, reducir, someter, aplanar, amedrentar y consumir, emocional e intelectualmente, a la víctima, con vistas a obtener algún resultado favorable para quienes acosan o satisfacer una necesidad imperiosa de dominar, someter, agredir, y destruir a los demás que pueden presentar los acosadores como un patrón predominante de relación social con los demás.

En ocasiones, el niño que desarrolla conductas de hostigamiento hacia otros busca, mediante el método de «ensayo-error», obtener el reconocimiento y la atención de los demás, de los que carece, llegando a aprender un modelo de relación basado en la exclusión y el menosprecio de otros.

Con mucha frecuencia el niño o niña que acosa a otro compañero suele estar rodeado muy rápidamente de una banda o grupo de acosadores que se suman de manera unánime y gregaria al comportamiento de hostigamiento contra la víctima. Ello es debido a la falta de una autoridad exterior (por ejemplo, un profesor, un familiar, etc.) que imponga límites a este tipo de conductas, proyectando el acosador principal una imagen de líder sobre el resto de sus iguales seguidores.

A menudo la violencia encuentra una forma de canalizarse socialmente, materializándose en un mecanismo conocido de regulación de grupos en crisis: el mecanismo del chivo expiatorio. Destruir al que no es seguidor, al que se resiste, al diferente, al que sobresale académicamente, al imbuido de férreos principios morales, etc.

Consecuencias

El acoso escolar al igual que otras formas de maltrato psicológico produce secuelas biológicas (expresión de genes) y mentales. Especialistas del Centro de Estudios sobre el Estrés Humano (CSHS) del Hospital Louis-H. Lafontaine de Canadá sugieren que las víctimas acosadas son más vulnerables a padecer problemas mentales como trastorno por estrés postraumático,​ depresión y trastornos del ánimo a medida que envejecen.

Acoso escolar homofóbico

El acoso escolar homofóbico o gay bashing se refiere a cualquier clase de daños hacia las personas, tanto, psicológico, físico y moral por tener o aparentar tener una orientación sexual diferente. Obstáculos y aislaciones definen la violencia escolar,- Ángela Gabàs Gasa afirma en “El fenómeno de la exclusión social” “los obstáculos que encuentran determinadas personas para participar plenamente en la vida social, viéndose privadas de alguna o varias de las opciones consideradas como fundamentales para su desarrollo humano”.

Prevención

Se estima que la intervención simultánea sobre factores individuales, familiares y socioculturales, es la única vía posible de prevención del acoso escolar. La prevención se puede realizar en distintos niveles.

Una prevención primaria sería responsabilidad de los padres (apuesta por una educación democrática y no autoritaria), de la sociedad en conjunto y de los medios de comunicación (en forma de autorregulación respecto de determinados contenidos).

Una prevención secundaria sería las medidas concretas sobre la población de riesgo, esto es, los adolescentes (fundamentalmente, promover un cambio de mentalidad respecto a la necesidad de denuncia de los casos de acoso escolar aunque no sean víctimas de ellos), y sobre la población directamente vinculada a esta, el profesorado (en forma de formación en habilidades adecuadas para la prevención y resolución de conflictos escolares).

Por último, una prevención terciaria serían las medidas de ayuda a los protagonistas de los casos de acoso escolar.

La ayuda se puede agrupar en información para padres, profesores y alumnos.

Violencia de género juvenil: causas y soluciones Volver a Adolescencia

Violencia en los adolescentes

Introducción

La violencia en los adolescentes se refiere a acciones dañinas que comienzan temprano y continúan hasta que la persona es un adulto joven. El o la joven puede ser la víctima, el agresor o el testigo de un acto de violencia.

Los actos violentos pueden ser:

  • Intimidación
  • Peleas, incluyendo puñetazos, patadas, bofetadas o golpes
  • Uso de armas, como pistolas o cuchillos

Algunos actos violentos pueden causar más daño emocional que físico. Otros pueden causar lesiones graves o incluso la muerte.

Un importante factor de riesgo para la violencia en los adolescentes es el comportamiento de sus amigos y compañeros de clase. Usted debería de saber con quién se relacionan sus hijos y fomentar un comportamiento y amistades saludables.

Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades

Comience aquí

  • Ayudando a niños y adolescentes a superar la violencia y los desastres: Qué pueden hacer los padres (Instituto Nacional de la Salud Mental)También en inglés
  • Comprendiendo el comportamiento violento de niños y adolescentes(Academia Estadounidense de Psiquiatría del Niño y del Adolescente)También en inglés
  • Señales de advertencia (Asociación Estadounidense de Psicología)También en inglés

Últimas noticias

  • ¿Es la violencia con armas de fuego en las películas un desencadenante para los adolescentes? (26/09/2017, HealthDay)
  • Un ambiente violento puede provocar estragos en las calificaciones de los niños y adolescentes (16/08/2017, HealthDay)

Prevención y factores de riesgo

  • Amenazas de los niños ¿Cuándo hay que tomarlas en serio?
  • Cómo criar a los niños para que se opongan a la violencia: Lo que usted puede hacer
  • Cómo prevenir la violencia en las parejas adolescentes(Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades)
  • Respeta y hazte respetar: Una relación sana (Academia Americana de Pediatría)

Asuntos relacionados

  • Acoso sexual
  • Ayudando a niños y adolescentes a superar la violencia y los desastres: Qué pueden hacer los miembros de la comunidad
  • En mi centro de enseñanza alguien lleva un arma ¿Cómo debo actuar?
  • ¿Estoy en una relación sana?
  • Niños y la violencia en la televisión
  • Reacciones comunes después de un trauma
  • Relaciones de maltrato
  • Violencia en la escuela y las noticias

Adolescentes

  • ¿Debería preocuparte la violencia escolar?

Infografía sobre los factores que pueden dar origen a la violencia de género

Causas

Las principales causas de violencia machista entre los jóvenes son múltiples y dependen, por lo general, de una combinación de factores socio-culturales, individuales y contextuales. Los factores más relevantes son:

  • Familias inestables a favor del dominio y la sumisión.
  • Maltrato físico, psicológico o abusos sexuales en el hogar.
  • Castigo físico como método educativo.
  • Ausencia total de autoridad, límites y patrones de conducta adecuados.
  • Abuso de alcohol y/o drogas.
  • Asociación con grupos marginales y conflictivos.
  • Problemas de relación con gente de su edad.
  • Aceptación de la violencia como resolución de conflictos interpersonales
  • Convivencia en una sociedad violenta.
  • Baja autoestima e inseguridad.

¿Cómo solucionarlo?

Para prevenir y tratar la violencia machista entre los adolescentes es imprescindible actuar en tres aspectos fundamentales: familiar, escolar y social.

En el ámbito familiar:

  • Mantener una autoridad permisiva parental.
  • Evitar la violencia de género entre los padres.
  • Procurar no castigar, sino gratificar.
  • Negociar mediante el diálogo los desacuerdos y las crisis.
  • Fomentar vínculos de respeto e igualdad entre todos los componentes de la familia.
  • Distanciar al joven de amistades conflictivas y focos de riesgo.
  • Otorgar responsabilidad y confianza en los hijos.

En el ámbito escolar:

  • Motivar y recalcar los logros escolares.
  • Realizar actividades que aumenten las capacidades cognitivas.
  • Detener y neutralizar los focos de violencia en las aulas.
  • Mantener la autoridad por parte del profesor.
  • Entrenar las habilidades sociales.
  • Realizar programas de prevención de violencia machista.

En el ámbito social:

  • Reprimir la violencia ciudadana mediante la concienciación social.
  • Control estricto de la drogadicción.
  • Fomentar la ayuda social a familias desestructuradas.
  • Evitar la violencia en los medios de comunicación.
  • Enseñar actitudes altruistas y solidarias.
  • Reinsertar a jóvenes delincuentes con concienciación del daño causado y voluntad de reparación.
  • Contribuir a romper los estereotipos sexistas
  • Proporcionar información acerca de los recursos existentes para tratar la problemática de la violencia de género.

SECTAS Y SOCIOADICCIONES

SOCIOADICCIONES

Las socioadicciones son trastornos de dependencia vinculados a usos, costumbres o actividades diversos no relacionados con la ingesta de sustancias químicas. Algunos usos, costumbres o actividades no son nocivos en sí mismos e incluso muchos son necesarios o socialmente aceptados.

Eso hace que algunas socioadicciones sean difíciles de detectar o reconocer ya que ni el entorno ni la persona que las sufre identifica su comportamiento como un problema (p.e. una persona que sufre laborodependencia, adicción al trabajo, es considerada a menudo como un/a trabajador/a ejemplar).

Las socioadicciones se caracterizan por la pérdida de control por parte de la persona respecto a una actividad.

El afectado se convierte psicológicamente dependiente de la actividad. Normalmente, la familia y los amigos son los primeros en detectar este tipo de trastornos.

Es recomendable que se busque tan pronto como sea posible un asesoramiento profesional para resolver el problema.

 

SECTAS

Una secta es el conjunto de seguidores de una doctrina religiosa o ideológica concreta. El término se usaba originalmente solo para aludir a partidos o comunidades de personas con afinidades comunes, que a través de sus enseñanzas o ritos se diferenciaban de otros grupos sociales.

Solo posteriormente adoptó el sentido secundario de «herejía», o creencia y grupo disidente que se separa de su fuente original, o que discrepa de las religiones mayoritarias, casi siempre con connotaciones peyorativas.

Aunque, como ya se ha visto, el vocablo «secta» solo está relacionado a grupos que poseen una misma afinidad, con el paso de los años ha adquirido una connotación más relacionada a grupos radicalizados, generalmente religiosos.

Secta es un grupo o movimiento, que exhibe una devoción excesiva a una persona, idea o cosa y que emplea técnicas antiéticas de manipulación para persuadir y controlar (a sus adeptos); diseñadas para lograr las metas del líder del grupo; trayendo como consecuencias actuales o posibles, el daño a sus miembros, a los familiares de ellos o a la sociedad en general.

Dado que la capacidad para explotar a otros seres humanos es universal, cualquier grupo puede llegar a convertirse en una secta.

Sin embargo, la mayoría de las organizaciones institucionalizadas y socialmente aceptadas, tienen mecanismos de autorregulación que restringen el desarrollo de grupúsculos sectarios.

TIPOS DE SOCIOADICCIONES

  • Relaciones personales
  • Juego 
  • Internet 
  • Uso de servicios-objetos 
  • Sexo 
  • Trabajo 
TIPOS DE SECTAS

  • Religiosas
  • Culturales
  • Políticas
  • Esotéricas
  • Destructiva
  • Satanicas

¿Adolescentes “buenos” y “malos” o diferentes formas de enfrentar los problemas?

¿Dificultades para los adolescentes? Los estudios, el reto de madurar, la presión de los iguales….Por ahí pasamos todos. Pero, obviamente, no todos de la misma manera. Ante circunstancias similares, hay chavales que reaccionan de manera adaptativa y chicos que terminan en un centro de menores (con todos los matices intermedios, claro).

¿Es una lotería? No. O, al menos, lo es en un reducidísimo número de casos. Los adolescentes deben reaccionar al estrés (que no es más que la respuesta que damos cuando percibimos que algo se espera de nosotros y evaluamos los recursos personales de los que creemos disponer para satisfacer la demanda). Este proceso se llama AFRONTAMIENTO y cuando es adecuado es uno de los factores que protegen a las personas del riesgo de desadaptación (otros son una buena autoestima, la capacidad de autocontrol, un clima familiar sano, etc.). En el acaso de los adolescentes, las estrategias de afrontamiento adecuadas les protegerán del fracaso escolar, las conductas antisociales y/o de riesgo, las adicciones, las sectas o la falta de objetivos en la vida, entre otras cosas.

Dificultades tenemos todos, pero nuestro éxito en el proceso de superarlas dependerá de cómo reaccionemos ante ellas. Los recursos que ponemos en funcionamiento ante la adversidad marcarán la diferencia.

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«UN GRITO DESESPERADO EN LA ADOLESCENCIA»

La depresión en los adolescentes y sus causas

DEPRESION Y TRASTORNOS EMOCIONALES

La adolescencia es una etapa de la vida caracterizada por el cúmulo de cambios que se producen. A los adolescentes no solo les afectan los cambios físicos pues también hay cambios importantes a nivel de desarrollo emocional y mental. Sus cerebros funcionan de una forma acelerada, tienen que asumir los cambios que se están produciendo en su cuerpo y en sus vidas y a veces sienten que nadie les puede entender. Los cambios físicos en los adolescentes son evidentes pero los emocionales tal vez nos pasen más desapercibidos. Puede que les invada la tristeza, que sientan ganas de llorar, que estén más rebeldes de lo normal.

Hasta el momento, las causas de los trastornos emocionales no han sido adecuadamente determinadas. Aunque algunas causas pueden incluir factores tales como la herencia, desórdenes mentales, dieta, presiones y el funcionamiento familiar, ningún estudio ha podido demostrar que alguno de estos factores sea la causa directa de los trastornos emocionales o del comportamiento. Algunas de las características y comportamientos típicos de los niños con trastornos emocionales incluyen:

  • La hiperactividad (la falta de atención, impulsividad);
  • Agresiones/un comportamiento que puede resultar en heridas propias;
  • Retraimiento (falta de iniciar intercambios con los demás; el retiro de los intercambios sociales; temores o ansiedades excesivas);
  • Inmadurez (el niño llora en ocasiones inapropiadas; temperamento; habilidad inadecuada de adaptación);
  • Dificultades en el aprendizaje (rendimiento académico por debajo del nivel correspondiente al grado).

Las familias de niños con trastornos emocionales pueden necesitar ayuda para comprender la condición de su niño y aprender a trabajar efectivamente con él o ella. Pueden recibir ayuda de psiquiatras, psicólogos u otros profesionales en salud mental que trabajan en el sector público o privado. Los niños deben recibir servicios basados en sus necesidades individuales, y todas las personas que trabajan con ellos deben estar al tanto del cuidado que están recibiendo. Es importante coordinar todos los servicios entre hogar, escuela y comunidad terapéutica, manteniendo abiertas las vías de comunicación.

 

 

La depresión

 

La depresión es una enfermedad mental que se caracteriza por un trastorno en los estados de ánimo de la persona. Es algo más que sentirse “triste” algunos días. En los adolescentes, la depresión es común debido a que se encuentran en el proceso normal de maduración,  reciben la influencia de las hormonas sexuales y están generalmente, en conflicto de independencia con sus padres. Otros factores que pueden influir en la depresión de un adolescente son: la muerte de un amigo o pariente cercano, la ruptura con su novio/a y el fracaso en la escuela. Además esta enfermedad, es más probable en aquellos adolescentes que padecen baja autoestima y que son muy autocríticos con ellos mismos.

La depresión en niños y adolescentes ha crecido entre un 8 y un 9% en el conjunto de la población infantil en los últimos años. Aproximadamente un 70% de los niños y adolescentes que padecen algún tipo de depresión o trastorno emocional no están diagnosticados correctamente y, por tanto, no reciben tratamiento Si un adolescente se encuentra deprimido, probablemente exhibirá dos o más de los siguientes síntomas, durante dos semanas consecutivas. Se trata de  comportamientos que no exhibían normalmente:

  • Ha mostrado cambios en su rendimiento en la escuela
  • Tiene dificultades para concentrarse
  • Se irrita o enoja fácilmente
  • Se muestra triste o infeliz
  • Ha mostrado cambios en sus hábitos de comer y dormir
  • Se retira y ausenta de actividades y personas con las que solía disfrutar previamente
  • Exhibe una culpabilidad o ansiedad excesiva
  • Se queja de dolores y molestias físicas
  • Tienen comportamientos agresivos, impulsivos o muy arriesgados
  • Habla de la muerte o del suicidio

¿Qué es?

La depresión en adolescentes es un trastorno que se presenta en esta etapa y se caracteriza por tristeza, desánimo, baja autoestima persistentes y falta de interés en actividades usuales.

¿Porqué se presenta?

Factores hereditarios: Hijos de padres depresivos, presentan cuadros depresivos más frecuentemente que el resto de la población.

Efecto secundaria a otras enfermedades: Entre el 10 y 15 por ciento de las depresiones son provocadas por un problema médico (enfermedad del tiroides, el cáncer, o enfermedades neurológicas).

Ciertos medicamentos, sin embargo una vez que se da tratamiento contra la enfermedad, o se ajusta la dosis y el medicamento adecuados la depresión desaparecerá.

El uso de drogas o alcohol.

Otros problemas mentales (psiquiátricos)

. El incremento de estado depresivos, ha ido en aumento en los últimos años, sobre todo en jóvenes de grandes comunidades y paises industrializados, esto se le atribuye alprofundo cambio ecológico.

Una situación emocionalmente mala: Pérdida de un familiar o amigo, divorcio, un problema de trabajo, la ruptura con la novia o novio o el fracaso en la escuela, pueden desencadenar la depresión o provocar que el paciente no se pueda recuperar completamente, pero en otras ocasiones se presenta incluso cuando todo en sus vidas marcha bien.

La misma etapa adolescente: La depresión puede ser una respuesta temporal a muchas situaciones y factores de estrés como el asociado al proceso normal de maduración, la influencia de las hormonas sexuales y los conflictos de independencia con los padres.

Existencia de maltrato infantil, tanto físico como sexual.

También está asociada con trastornos en la alimentación, particularmente bulimia.

Los adolescentes con baja autoestima o perfeccionistas presentan un riesgo particular de deprimirse cuando experimentan eventos estresantes.

EL EMBARAZO EN LAS ADOLESCENTES

INTRODUCCIÓN 

La adolescencia, definida como “un periodo de la vida en el cual el individuo adquiere la capacidad reproductiva, psicológicamente pasa de la niñez a la adultez y consolida la independencia socio-económica”, es un período crítico. Muchosautoresdelimitanesta etapa de una forma imprecisa, pero la OMS la define como la etapa comprendida entre los 10 y los 19 años (Peláez J.1999).

En la actualidad, se observa una separación progresiva entre el desarrollo biológico de la adolescente y la madurez psicosocial pues se observa claramente un descenso en la edad de la menarquía (primera menstruación) en las mujeres, lo que les permite ser madres a edades tan tempranas como los 11 años.

La madurez psicosocial, en cambio, tiende a darse en edades más avanzadas debido al largo proceso de preparación que requiere una adolescente para llegar a ser autovalente en ambos sentidos (Centro Nacional de Educación Sexual, 2003).

Adolescentes en edad cada vez más temprana viven el drama de la maternidad no deseada, el rechazo de los padres y el desprecio o la indiferencia de los demás. Sin preparación alguna para la maternidad, llegan a ella y esa imprevista situación desencadena una serie de frustraciones, sociales y personales.

Razones más comunes

1. La práctica de las relaciones sexuales de los jóvenes sin métodos anticonceptivos.

2. El matrimonio a edades tempranas y el rol de género que tradicionalmente se asigna a la mujer.

3. La presión de los compañeros, que alientan a los adolescentes a tener relaciones sexuales.

4. El consumo de bebidas alcohólicas y otras drogas, producen una reducción en la inhibición, que puede estimular la actividad sexual no deseada.

5. Carecer de información y conocimientos suficientes sobre los métodos anticonceptivos y el no tener un fácil acceso a su adquisición, así como la falta de una buena educación sexual.

Además de las anteriores razones, se considera que existen algunos factores de riesgo:

1. La aparición temprana de la menarca (primera menstruación)

2. Desintegración familiar.

3. Relaciones sexuales precoces.

4. Libertad sexual.

5. Búsqueda de una relación.

6. Circunstancias particulares como prostitución, violación, incesto y adolescentes con problemas mentales.

¿QUÉ REPERCUSIÓN TIENE EL EMBARAZO DE UNA ADOLESCENTE EN LA VIDA FAMILIAR?

Cuando se produce un embarazo en la adolescencia, toda la familia a menudo tiene que reunirse para decidir si los padres deben mantener al bebé, poner fin al embarazo o dar al bebé en adopción. Los padres pueden estar para ayudar a guiar a los adolescentes a tomar esa decisión, y toda la familia tendrá que enfrentar las consecuencias. El embarazo en la adolescencia puede ser un golpe arrollador para la vida familiar y reclamar una drástica variación y cambios en su funcionamiento habitual.

La actitud de la familia ante este acontecimiento, resulta decisiva para mantener la salud, el bienestar y la calidad de vida de la misma, tratándose de un proceso en que no sólo es importante tomar en consideración los aspectos biológicos sino también hay que considerar importantes factores psicosociales.

El problema que se presenta para las embarazadas adolescentes es que están transitando por el difícil camino de transformarse en una mujer adulta y, a la crisis de la adolescencia desencadenada por los cambios biológicos, psicológicos, sociales e interpersonales, se le suma la crisis del embarazo que es una crisis secundaria provocada por la presencia de una vida en el vientre, que compromete a estas jóvenes con una responsabilidad y madurez para las que no se han desarrollado totalmente (González G.H. 2006).

¿CUÁL ES LA CAUSA DEL EMBARAZO ADOLESCENTE?

No existe una específica, en realidad son muchas y pueden ser individuales, familiares, sociales, económicos o culturales.

Personales:

  • Edad de la menarquía precoz
  • Deseo de independencia
  • Falta de información acerca de su anatomía y fisiología.
  • Desconocimiento de métodos anticonceptivos y de su uso correcto.
  • Sentimiento de soledad, incomprensión y baja autoestima.
  • Uso y abuso de alcohol y drogas.
  • Rebeldía natural y búsqueda de identidad y nuevas experiencias.
  • Sentirse invulnerables porque “eso les ocurre a otros y a mí no”.

Familiares:

  • Inestabilidad familiar
  • Ejemplo familiar de embarazo adolescente: Varios estudios muestran que si los progenitores fueron padres adolescentes, es más probable que sus hijos lo sean. “Se dice que es por imitación o porque la joven piensa: “si tú te embarazaste a mi edad, ¿por qué no lo voy a hacer yo?”.
  • Falta de comunicación interfamiliar.
  • Provenir de familias disfuncionales.

Sociales:

  • Cambio de valores sociales
  • Estrato social bajo: Algunos estudios muestran que a mayor grado de escolaridad y solvencia económica hay menos embarazos en jóvenes, aunque ninguno de estos factores garantiza, por ejemplo, que una familia no sea disfuncional.
  • Presión grupal y de pareja para tener relaciones sexuales –a veces en forma esporádica- como una forma de demostrar que es “más hombre o más mujer”.
  • Influencia de los medios masivos de comunicación social.
  • Abuso sexual.
  • Pornografía y prostitución de adolescentes.

Culturales:

  • Sobre todo en áreas rurales hay poblaciones en donde no hay más expectativa de vida que casarse y tener hijos.

En ocasiones, los jóvenes no mantienen una buena relación familiar y cuando se presenta alguna situación no toman las decisiones adecuadas o no tienen la confianza para dialogar en familia en temas como la sexualidad, lo que puede traer como consecuencia embarazos no deseados.

Se plantea además la posibilidad de que el embarazo adolescente sea una forma de escapar del mundo del trabajo y del mundo escolar, si la adolescente no se siente capaz de enfrentar las exigencias escolares y/o laborales. Así, al embarazarse no se le puede exigir como al resto, porque ella ha adquirido otras responsabilidades que pertenecen al mundo de los adultos.

Se señala además la  presencia de una autoestima disminuida, habiéndose encontrado en varios estudios que las adolescentes embarazadas mostraban un bajo concepto de sí mismas. Se argumenta que buscan afecto para compensar su propia inseguridad.

Diversos estudios sobre fecundidad en adolescentes coinciden en que las relaciones familiares influyen considerablemente en el comportamiento sexual de la adolescente. La comunicación familiar es un factor determinante de las relaciones que se establece en el núcleo familiar y las relaciones que se establecerán con los demás.

¿CUÁLES SON LAS CONSECUENCIAS DE LOS EMBARAZOS NO PLANEADOS EN LA ADOLESCENCIA?

Mientras que las consecuencias no están bien definidas, las investigaciones confirman que hay muchas razones de preocupación acerca de los embarazos no planeados entre los adolescentes.

Desde el enfoque de la salud se observa que la madre tiende a padecer, principalmente debido a su inmadurez física, diversas complicaciones como: complicaciones obstétricas y relacionadas con el embarazo, mortalidad y morbilidad materna, bajo peso del recién nacido mortalidad y morbilidad de niños e infantes, aborto en condiciones de riesgo entre otras.

Desde un enfoque social,diversos estudios señalan que este tipo de embarazo cambia el proyecto de vida de las adolescentes y provoca un abandono obligatorio de sus metas futuras por la necesidad de afrontar nuevas responsabilidades ligadas al desarrollo del bebé y muestran una maternidad irresponsable, pues no están preparadas (psicológicamente) para cumplir su rol de madre ni enfrentar una estabilidad familiar (Alfonso A, 2003; Rivero y Cueva, 2006).

Los padres adolescentes tienden a contraer matrimonios tempranos o forzados, alcanzan menores niveles de educación, sin mencionar las consecuencias de tener hijos no deseados.

Es más probable que tengan problemas fuertes para relacionarse y para mantener la felicidad familiar, lo cual crea un medio ambiente complicado para el bebé que, para crecer y desarrollarse bien, necesita estabilidad familiar.

El embarazo no deseado no sólo afecta a los padres adolescentes si no que, además, se ve reflejado en la sobrepoblación, nivel académico y nivel económico de una familia.

CONSECUENCIAS PARA LA ADOLESCENTE EMBARAZADA

En las repercusiones del embarazo hay que tener en consideración  si se trata de una adolescente temprana (10 a 14 años), media (14 a 17 años) o tardía (18 y más) ya que las implicaciones psicológicas son diferentes tanto al inicio del embarazo como en la experiencia en sí de ser MADRE.

En general, las reacciones de las adolescentes ante la noticia de que esperan a un bebé son muy diversas, si bien en la mayoría de los casos experimentan incredulidad.

Es importante recordar que la adolescencia en si es un periodo crítico del desarrollo, que se caracteriza por la manifestación de profundos cambios en las distintas áreas de la vida de la adolescente, como por ejemplo, la búsqueda de la propia identidad e independencia de los padres.

Sin embargo, en el embarazo adolescente, por el hecho de ser madre, retardaría el alcanzar un mayor grado de independencia. La adolescente debe permanecer en su casa y experimentar una dependencia creciente de sus padres, en cuanto a ayuda económica, y cuidado del niño. Además, los roles llegarían a confundirse, con la madre y la abuela disminuyendo fuertemente la autoestima de la adolescente y su habilidad para crecer en una relación maternal con su propio hijo.

Por otra parte, la adolescente soltera embarazada es muchas veces rechazada, tanto por su grupo familiar, como por el sistema social, acentuando la inestabilidad psicológica y aumentando los sentimientos de culpa e inseguridad propias de su edad. La madre adolescente es propensa a experimentar sentimientos de culpa y autodesprecio. Por todo lo anterior, el embarazo adolescente crea un estrés severo.

Por otra parte, se da un distanciamiento de su grupo de pares ya que las responsabilidades como madre que debe cumplir la adolescente, son muy difíciles de compatibilizar con las necesidades propias de esta etapa que están atravesando sus amigos.

Las adolescentes embarazadas tienen pocas probabilidades de continuar sus estudios debido a que algunas instituciones educativas optan por negarles la entrada por temor de que puedan influir desfavorablemente en otros alumnos. Estas chicas que han abandonado los estudios, raramente vuelven a tener oportunidad de retomarlos donde los dejaron.

 

Las repercusiones económicas que esto trae para la joven constituyen lo que se ha denominado como “la puerta de entrada al ciclo de la pobreza”. De igual manera los padres jóvenes corren un alto riesgo de experimentar periodos de desempleo o menor salario.

Lo más frecuente es que el embarazo en las adolescentes sea un “embarazo no planificado” o “no deseado”, con consecuencias desfavorables tanto para la madre como para el niño, así como con una alta proporción de fracaso en la relación de pareja.

Otra consecuencia del embarazo en edades tempranas es el riesgo de aborto o problemas relacionados con su salud debido al embarazo. Por lo general, las adolescentes acuden tardíamente a la consulta médica y las causas son muy variadas.

La situación psicológica de la adolescente embarazada es compleja y difícil. En ella se acumulan, a las dificultades propias de la adolescencia, los problemas afectivos que se observan a lo largo de cualquier embarazo, las dificultades personales o familiares que trae consigo el embarazo que originan ciertas reacciones -reales o simplemente temidas- de su entorno, la inquietud de un futuro incierto; la perturbación por las decisiones que se han de tomar, el vacío afectivo; etc.

Lo mencionado anteriormente muestra que la depresión de los padres adolescentes es otro factor que se agrega al embarazo no planeado. La liga entre embarazo no planeado y salud mental es importante porque la depresión no solamente afecta el bienestar de los padres sino que también disminuye su habilidad para ser padres y todo esto se va a reflejar en el bebé.

En consecuencia podemos resumir que los embarazos no planeados pueden traer serias consecuencias de salud física y mental tanto para los hijos como para sus padres.

En particular, las familias que tuvieron un embarazo no planeado tienen un riesgo incrementado de enfrentarse a multitud de problemas que persistirán durante mucho tiempo.

LOS PROBLEMAS FAMILIARES QUE SIGUEN A UN EMBARAZO NO PLANEADO

Es importante reconocer el cambio de roles que enfrentan los padres adolescentes en el entorno social, porque comienza el miedo a la discriminación social, a no saber cómo se desempeñarán en su nuevo papel de padres en el que se considera, en muchas culturas, que el varón debe sostener la manutención de la “familia” (aunque en general, cada vez más mujeres son las que se constituyen como jefas de familia), además de no poder evadir una responsabilidad que atemoriza y que los colocó frente a la necesidad de abandonar sus estudios.

Cuando se compara a dos mujeres que tienen un embarazo planeado con mujeres que tienen uno NO planeado, es casi seguro que estas últimas estarán fuera de cualquier tipo de relación (no están casadas ni cohabitan) en el momento de la concepción y es casi seguro que así continuarán después del parto.

La mayoría de estas mujeres no llegan a establecer una relación más formal después del parto, es decir, continúan solteras o, si cohabitan, continúan cohabitando o rompen con sus parejas. La mayoría de las madres (sin que esto sea una regla), reportan tener conflictos con el padre del bebé antes del año después del parto y ambos no son felices.

Los embarazos no planeados no son un camino confiable para lograr una perdurable unión de la pareja, de hecho la mayoría de ellos ni siquiera llega a formar pareja y más bien se separan.

CONCLUSIÓN

El embarazo adolescente es un problema de salud pública y como tal debe ser abordado por toda una sociedad, prevenir es la clave, una buena educación sexual a nivel escolar y un adecuado nivel de comunicación y confianza con los padres, aumenta los índices de abstinencia y genera comportamientos sexuales responsables en los jóvenes.

Delincuencia juvenil

La  delincuencia juvenil

Hace referencia a los delitos cometidos por los menores de edad. La mayoría de los sistemas jurídicos, al abordar tales conductas, utilizan órganos judiciales, como los tribunales de menores, prevén determinadas especialidades procesales para su enjuiciamiento y cuentan con medios coercitivos específicos para su represión, como los centros juveniles de detención.

Los delitos juveniles suelen recibir gran atención de los medios de comunicación y políticos. Esto es así porque el nivel y los tipos de crímenes juveniles pueden ser utilizados por los analistas y los medios como un indicador del estado general de la moral y el orden público en un país y, en consecuencia, pueden ser fuente de alarma y de pánico moral.

Como la mayoría de los tipos de delitos, los crímenes cometidos por jóvenes se han incrementado desde mediados del siglo XX. Existen múltiples teorías sobre las causas de los crímenes juveniles, considerados especialmente importantes dentro de la criminología. Esto es así, porque el número de crímenes cometidos crece enormemente entre los quince y los veinticinco años. En segundo lugar, cualquier teoría sobre las causas de la delincuencia deberá considerar los crímenes juveniles, ya que los criminales adultos probablemente habrán tenido un comienzo en la delincuencia cuando eran jóvenes.

Por otra parte, otro posible origen de la delincuencia juvenil son problemas como la esquizofrenia, trastornos conductistas/mentales, estrés postraumático, trastorno de conducta o trastorno bipolar.

Teorías de la delincuencia juvenil

Teoría de la elección racional

La criminología clásica considera que las causas del crimen tienen principalmente su origen en el propio delincuente, más que en su entorno externo. Para los clasicistas, lo que motiva a los delincuentes es el propio interés racional, y se remarca la importancia de la decisión libre y de la responsabilidad personal. La teoría de la elección racional es el ejemplo más claro de este planteamiento.

Teoría social de la desorganización

Los planteamientos positivistas actuales generalmente se centran en la cultura, lo que produciría la ruptura de las relaciones de familia y con la comunidad, de los valores y con un mayor individualismo. Estudios demuestran que solamente un 16 por ciento de los niños harán algo malo, al contrario que un 26 por ciento de los adultos hará algo ilegal.

Teoría de la tensión

La teoría de la tensión se asocia principalmente al trabajo de Robert Merton. Merton creía que en la sociedad hay trayectorias institucionalizadas hacia el éxito. La teoría de la tensión sostiene que el crimen es causado por la dificultad que tienen los que viven en pobreza para alcanzar por medios legítimos metas socialmente valoradas. Para aquellos que, por ejemplo, no consiguen logros educativos es más difícil alcanzar la riqueza y el estatus social asegurado por un empleo bien pagado, y por tanto, es más probable que utilicen medios criminales para obtener estas metas. Merton sugiere cinco adaptaciones a este dilema:

  1. Innovación: individuos que aceptan metas socialmente aprobadas, pero no necesariamente los medios socialmente aprobados.
  2. Retirada: los que rechazan metas socialmente aprobadas y los medios para adquirirlos.
  3. Ritualismo: los que compran en un sistema de medios socialmente aprobados, pero pierden de vista las metas. Merton creía que los consumidores de droga están en esta categoría.
  4. Conformidad: los que se ajustan a los medios y a las metas del sistema.
  5. Rebelión: gente que niega metas y medios socialmente aprobados creando un nuevo sistema de metas y de medios aceptables.

Una dificultad con la teoría de la tensión es que no explica por qué los niños de familias con ingresos bajos tendrían un mal desempeño educativo en un primer momento. Indicar el hecho de que mucho crimen juvenil no tiene una motivación económica. La teoría de la tensión no logra explicar el delito violento, el tipo de crimen juvenil que causa la mayor ansiedad al público.

Teoría de subculturas

Se relaciona con la teoría de la tensión. La dificultad de la juventud para alcanzar objetivos y un status socialmente reconocido produce grupos de gente joven que forman subculturas delincuentes y desviadas del buen camino, que tienen sus propios valores y normas. Dentro de estos grupos el comportamiento criminal puede ser valorado realmente, aumentando el estatus de un joven. La noción de subculturas delincuentes es relevante para los crímenes que no están motivados económicamente. Los miembros masculinos de las bandas pueden discutir para tener sus propios valores, tales como respeto por la habilidad para luchar y por el atrevimiento. Sin embargo no está claro por qué los hace diferentes de los jóvenes normales «no-violadores de la ley». Además no hay una explicación de porqué la gente incapaz de alcanzar metas socialmente reconocidas debe elegir necesariamente sustitutos criminales. Las teorías de subculturas también han sido criticadas por haber mantenido una distinción demasiado grande entre lo que es «normal» y lo que es un comportamiento «desviado». Hay también dudas sobre si la gente joven rechaza conscientemente los valores generalmente aceptados.

Teoría de asociación diferenciada

La teoría de la asociación diferenciada trata de los jóvenes en un contexto de grupo, y mira cómo la presión de los compañeros y la existencia de bandas puede conducir al crimen. Sugiere que los jóvenes son impulsados a cometer crímenes por compañeros delincuentes, de los que aprenden destrezas criminales.

Teoría del etiquetado

La teoría del etiquetado indica que una vez que han etiquetado a la gente joven como criminal, es más probable que delinca. La idea es que una vez que se ha etiquetado a un joven como diferente, este puede aceptar el papel y es más probable unirse a otros que han sido etiquetados del mismo modo. Los teóricos del etiquetado dice que existe una mayor probabilidad que los niños masculinos de familias pobres sean etiquetados como diferentes, y esto se puede explicar parcialmente porqué existen más delincuentes masculinos jóvenes de clase baja.

Perspectivas psicológicas de la delincuencia juvenil

Teoría del aprendizaje social[editar]

Ronald Akers postula, desde el aprendizaje social, una teoría para explicar las conductas delictivas. Supera la teoría de Bandura (condicionamiento vicario), la teoría de Skinner (condicionamiento operante) y la teoría de la asociación diferencial de Sutherland: «La conducta antisocial se desarrolla sobre la base de una serie de procesos que incluyen el modelado o imitación de la conducta de otros, el refuerzo diferencial, y la evaluación que realizan los otros significativos de las conductas como buenas o malas». Son importantes los grupos del entorno por la significación que pueden adquirir para el individuo (grupos de pares o familia). Los grupos no solo son modelos de conducta sino además de catalogación y establecimiento de normas y valores. La conducta como producto final es el resultado de que se han encontrado más refuerzos que castigos al producirla comparada a su vez con otras conductas.

Teoría ecológica

Belsky, en 1980, aplicó y adaptó el modelo ecológico de Bronfenbrenner para estudiar el abuso infantil. Dentro del nivel microsistema ubicó a la familia; en el exosistema al vecindario, el trabajo, y las relaciones informales; finalmente, en el macrosistema, a los valores culturales y los sistemas de creencias. El modelo de estudio fue tomado por investigadores para aplicarlo a la realidad delincuencial juvenil mexicana. Se demostró que el contexto cultural sí afectaba la forma en la que los jóvenes se relacionaban entre sí dentro de sus vecindarios y sus escuelas. Las relaciones vecinales también influían en sus relaciones familiares que, a su vez, afectaban en la conducta delictiva del menor. Se encontró que la cultura y subcultura, los factores familiares y el grado de integración en la sociedad eran variables significativas para explicar el desarrollo de las conductas desviadas en los jóvenes adolescentes.​ También se aplicó el modelo de investigación de Belsky en un estudio correlacional en el Perú. Se quería comprobar si los adolescentes que presentaban disfunciones a nivel, micro, exo y macrosistema desarrollarían una conducta antisocial y delictiva. Las conclusiones de los resultados mostraron que, a nivel del microsistema, la variable “abandono familiar de los padres” era un factor de riesgo para el origen de conductas desviadas. En cuanto al exosistema, se encontró que las variables “escuela” y “ambiente de barrio” desfavorables podían generar las mismas conductas, tales como robos y formación de pandillas delictivas. Finalmente, en el nivel macrosistema, se encontró que a mayores creencias y valores distorsionados respecto a la violencia y la ley existen más posibilidades de que se desarrollen conductas delictivas.​ La Organización Mundial de la Salud, en su Informe Mundial sobre la violencia y la salud de 2002, utilizó el modelo ecológico para estudiar la naturaleza multifacética de la violencia.

Factores de riesgo

Sin perder generalidad, considerando el caso de las bandas en Estados Unidos, los expertos han identificado un gran número de factores de riesgo que estadísticamente aparecen vinculados a la adhesión a pandillas y actividades delictivas. Estos factores de riesgo abarcan las diferentes dimensiones de la vida de un joven y por lo general se agrupan en cinco categorías (dominios del desarrollo social):

  • Individuo.- Sus formas de ocio (TV, videojuegos, Internet) pueden fomentar la violencia y la agresividad, la incomunicación y la pérdida de relaciones sociales. El consumismo o la diversión van desplazando al esfuerzo.
  • Familia.- Las normas de disciplina y la relación con los padres juegan un papel vital en el comportamiento social (en este caso, antisocial) del menor. Tan perjudicial puede ser una actitud demasiado laxa y falta de interés de los progenitores como una actitud autoritaria que merme la comunicación.
  • Escuela.- El bajo rendimiento y el fracaso escolar favorecen la delincuencia. La colaboración entre el centro y los progenitores es básica.
  • Amistades.- El contacto con “malas influencias” aumenta el riesgo, aunque el menor proceda de un ambiente socializado. Los jóvenes tienden a imitar las conductas más cercanas.
  • Vecindario ó comunidad.- Víctimas de la discriminación social y excluidos de las decisiones importantes, muchos jóvenes carecen de planes o proyectos de vida, y son considerados incapaces de adaptarse al medio social, por lo cual toman la delincuencia como alternativa de supervivencia. El fácil acceso a las drogas, la falta de oportunidades de empleo, salud, educación y espacios para la cultura y el deporte. (Howell y Griffiths, 2016).

Es importante destacar, sin embargo, que estos estudios han demostrado que no hay un único factor de riesgo responsable; más bien, es la acumulación de múltiples factores de riesgo a través de múltiples categorías los que aumentan en gran medida la probabilidad de actividades delictivas. Por lo tanto, la delincuencia no es atribuible a un solo factor de riesgo, ya que algunos jóvenes expuestos al factor de riesgo no lo cumplen y otros jóvenes sin el factor de riesgo si se ven inmersos en estos comportamientos.

La delincuencia juvenil es un comportamiento precursor de la pertenencia a pandillas. Dicho de otro modo, prácticamente todos los jóvenes que se unen a una pandilla evidencian haber participado en actos delictivos con anterioridad. Los estudios también muestran que los antecedentes de la participación en pandillas empiezan a entrar en juego mucho antes de llegar a la edad típica para unirse a una pandilla. Para los jóvenes de mayor riesgo, un patrón clave que se repite parece comenzar en edades de 3-4 años, con la aparición de problemas de conducta, seguido por el fracaso en la escuela primaria a edades de 6-12 años; el inicio en la delincuencia en torno a 12 años de edad; unión a pandillas en torno a las edades de 13-15; y delincuencia crónica, seria y violenta, en adelante desde mediados de la adolescencia (Howell y Egley, 2005).

Trastornos mentales

Los trastornos de conducta normalmente se desarrollan en la niñez y se manifiestan generalmente durante la vida adolescente. (Holmes y otros: 2001 p.183) Un cierto comportamiento juvenil se atribuye al trastorno diagnosticable conocido como trastorno de conducta. De acuerdo con el DSM-IV-TR códigos 312.xx (donde xx varía de acuerdo con el subtipo específico) los adolescentes que tienen trastornos de conducta también muestran una carencia de empatía y una despreocupación por las normas sociales. El DSM es el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales publicado por la Asociación Psiquiátrica Americana y referenciado a menudo por Psiquiatras para diagnosticar trastornos mentales. Los delincuentes juveniles que reinciden en el sistema de justicia penal a veces se les diagnostica trastornos de conducta porque muestran una indiferencia continuada sobre su seguridad y la de otros y de sus pertenencias.

Una vez que el joven continúa teniendo los mismos patrones de comportamiento y llega a los dieciocho, entonces está en peligro de diagnóstico con un trastorno antisocial de la personalidad y es mucho más propenso a convertirse en un criminal serio .Uno de los elementos principales usado en el diagnóstico de un adulto con Trastorno antisocial de la personalidad consiste en presentar un historial documentado de trastorno de conducta antes de los 15 años. Estos dos trastornos de personalidad son análogos en su comportamiento errático y agresivo.

Esta es la razón por la que delincuentes juveniles habituales diagnosticados con trastorno de conducta es probable que muestren signos de Trastorno antisocial de la personalidad en la madurez. Una vez que los adolescentes alcazan la madurez, su comportamiento social inaceptable se ha convertido en un estilo de vida y se convierten en criminales de carrera.

Los criminales de carrera comienzan con un comportamiento antisocial antes de entrar en la escuela de grado y son versátiles en el sentido que se enganchan a un arsenal de comportamientos destructivos, delinquen a unas tasas muy altas, y es menos probable que paren de delinquir mientras van envejeciendo.”

La investigación cuantitativa relativa a Estados Unidos fue hecha hace bastante tiempo, sobre 9.945 delincuentes masculinos juveniles entre edades de 10 y 18 en los años 70. La cohorte longitudinal de nacimientos fue utilizada para examinar la tendencia de un pequeño porcentaje de los criminales de carrera que explicaron el porcentaje más grande de la actividad criminal. La tendencia mostró un nuevo fenómeno entre los delincuentes habituales. Para este estudio los delincuentes habituales eran jóvenes que tuvieron más de cinco detenciones de la policía.​ El fenómeno indicó que solamente el 6% de la juventud estaba dentro de la definición de delincuente habitual pero que era responsable del 52% de la delincuencia dentro de todo el estudio. El mismo 6% de delincuentes crónicos explicaron el 71% de los asesinatos y el 69% de los asaltos con agravante. Este fenómeno fue investigado más adelante entre una población adulta en 1977 y dio lugar a resultados similares. El S.A. Mednick hizo una cohorte de nacimientos de 30.000 varones y encontró que el 1% de los varones eran responsables de más de la mitad de la actividad criminal. El comportamiento criminal habitual de jóvenes descubierto es similar al de los adultos. Los delincuentes habituales “harán “una carrera” de malas decisiones y mal comportamiento y terminarán probablemente, más pronto o más tarde, muertos o en prisión”. Estos delincuentes juveniles necesitan tratamiento porque tienen una predisposición negativa y una alta propensión a continuar cometiendo crímenes.

Prevención de la delincuencia

La prevención de la delincuencia es el término general empleado para todos los esfuerzos encaminados a evitar que la juventud participe en actividades criminales o antisociales. Cada vez más, los gobiernos están reconociendo la importancia de asignar recursos para la prevención de la delincuencia. A menudo es difícil que los estados proporcionen los recursos financieros necesarios para la adecuada prevención, las organizaciones y las comunidades. Por todo esto los gobiernos trabajan en colaboración para la prevención.

Con el desarrollo de la delincuencia en la juventud, influenciada por numerosos factores, perspectivas de esfuerzos en la prevención son comprensibles. Entre los servicios para la prevención se incluyen actividades tales como educación y tratamiento del abuso de sustancias estupefacientes, asesoramiento de la familia, tutoría y protección de la juventud, educación parental, ayuda educativa e intervención social.

Un factor preventivo podría ser el tratar de erradicar la violencia en los medios de comunicación. Actualmente la violencia se asoma en todos los programas, no solo en películas o series, incluso en los horarios dedicados a los niños. La violencia se convierte en algo habitual desde la infancia. Según Schneider, esa «familiaridad» de los niños con la violencia «puede provocar comportamientos violentos y delictivos cuando son adolescentes y adultos». La impresionabilidad y la capacidad emocional de reaccionar a la violencia disminuye y la agresividad se acepta como una pauta de comportamiento. Aunque es complicado eliminar la violencia en los medios de comunicación, los padres deberían de controlar la situación y establecer y hacer que se cumplan las reglas establecidas.

Intervenciones psicológicas

Las estrategias que tienen mayor aceptación y éxito son las intervenciones o tratamientos en los que se busca la prevención, ya que se trabaja con los factores de riesgo de las conductas antisociales. Es decir, se centran directamente en las causas del problema para evitar la reincidencia de las conductas delictivas. Para ello, los psicólogos trabajan con especialistas de las áreas de victimología, criminología, sociología, educación, trabajo social y derecho. Los tratamientos psicológicos tienen el objetivo de disminuir los factores de riesgo relacionados con conductas delictivas y consisten en intervenciones psicoeducativas que van dirigidas a delincuentes convictos y jóvenes en riesgo de delinquir. Andrews y Bonta tienen un programa en el que se hace alusión a cuatro grandes factores de riesgo para la delincuencia juvenil:

  1. las cogniciones antisociales
  2. las redes y vínculos prodelictivos,
  3. la historia individual de comportamiento antisocial y
  4. los rasgos y factores de personalidad antisocial.

Las habilidades o competencias que se deben reforzar en delincuentes juveniles se concretan en cuatro grupos:

  1. desarrollo de habilidades tales como hábitos de comunicación, responsabilidad familiar, motivación de logro por medio de condicionamientos operantes de refuerzo y castigo para moldear o extinguir determinadas conductas del individuo.
  2. desarrollo moral y desarrollo de pensamiento para la resolución cognitiva de problemas interpersonales, en donde se le enseña al sujeto a reconocer y entender un problema, identificar emociones asociadas a este, crear opiniones, ver las consecuencias y buscar y escoger posibles soluciones para aplicarla. En caso del desarrollo moral, se aplican técnicas y niveles de desarrollo moral de Piaget y Kohlberg.
  3. control de la ira y regulación emocional, ya que la ira y el descontrol emocional son los principales motivos de conductas violentas y delictivas. Se intenta entrenar al sujeto en tres aspectos: habilidades para el manejo de situaciones, interpretación adecuada en la interacción social y evitación de exasperación emotiva.
  4. prevención de recaídas utilizando la generalización de los logros terapéuticos obtenidos. Para ello, se puede aplicar la técnica psicológica de generalización y mantenimiento, donde se utilizan programas de reforzamiento intermitente, entrenamiento de habilidades en diversas situaciones con inclusión de personas cercanas al individuo, uso de consecuencias y autocontrol.

Consecuencias para la sociedad

La primera consecuencia de la delincuencia juvenil es la pérdida de la escala de valores, seguida de la violencia en la calle, trayendo consigo el temor de la población por el incremento de estos grupos.

Otras consecuencias son los daños físicos, tanto por las heridas o la muerte de personas atacadas por los delincuentes, dando lugar a nuevas víctimas como son la familia, que a su vez acarrean consecuencias psicológicas. Generalmente la sociedad se preocupa más por la prevención, castigo y rehabilitación del delincuente que por atender a las personas agredidas; es importante tratar a los delincuentes pero también lo es tratar a las víctimas.

Una consecuencia positiva para la sociedad es el fomento de centros para la lucha y prevención contra delitos y adicciones, así como instituciones que brindan apoyo psicológico a familias, las cuales son el primer núcleo donde se puede terminar con la delincuencia.

Trastornos mentales no tratados

Una vez que el delincuente juvenil alcanza la madurez es probable que continúe mostrando comportamientos de desadaptación y que aumente su riesgo de ser procesado a través del sistema de justicia penal como delincuente adulto. Debido al pequeño porcentaje de delincuentes adultos y juveniles habituales que contribuyen en alto porcentaje a los delitos violentos (es decir, asesinato y asalto con agravantes) el sistema de justicia penal debe supervisar esa pequeña población de criminales profesionales en un esfuerzo para prevenir la proliferación de delincuentes violentos serios.

Si los trastornos mentales tales como el trastorno de conducta no se diagnostican y no se tratan el delincuente juvenil tiene el potencial creciente de desarrollar un trastorno antisocial de la personalidad y continuar más adelante su vida como un criminal profesional. La mayoría de delincuentes violentos exhibe rasgos del trastorno antisocial de la personalidad y los muestran antes de los 15 años. El trastorno antisocial de la personalidad es un diagnóstico común para un asesino en serie. Los autores Álvarez y Bachman encontraron que una similitud entre los asesinos en serie eran sus anteriores convicciones criminales. En este caso el trastorno de conducta se puede convertir en un elemento probable para el asesino en serie si no se diagnostica y se trata antes de que se convierta completamente en la edad adulta en un trastorno antisocial de la personalidad.

El trastorno de conducta y el trastorno antisocial de la personalidad se categorizan como trastornos de personalidad con definiciones extremadamente similares en DSM-IV-TR y según lo explicado arriba en trastornos mentales. Algunas de las características comunes incluyen el incumplimiento constante de normas sociales, el comportamiento agresivo hacia la gente, y una desvinculación de la emoción de la empatía. Estos rasgos son también comunes entre los asesinos en serie y si los comportamientos de desadaptación no se tratan tienen el potencial de crear a una persona que fantasea con matar a varias víctimas y después satisfacer su impulsividad cuando ya no son capaces de reprimirse.

 

BULIMIA Y ANOREXIA, TRASTORNOS ALIMENTARIOS MÁS FRECUENTES EN ADOLESCENTES

desencadenamiento de un trastorno de la alimentación

La adolescencia es un momento de gran vulnerabilidad emocional, ya que se producen grandes cambios físicos y psíquicos. Es la etapa en la que comienzan a hacerse preguntas sobre quién soy y quién quiero ser, se comparan con los grupos sociales y a veces luchan contra su propia imagen. A su vez, se empieza a salir de la exclusividad de la vida familiar para introducirse en un mundo social mucho más amplio, incluyendo lo externo.

Muchos profesionales consideran que la sociedad en la que vivimos es muy difícil para las nuevas generaciones, ya que los medios de comunicación imponen modelos imposibles de alcanzar, las dificultades sociales hacen que se pregunten si podrán tener un trabajo asalariado y si les compensa intentar luchar por sus sueños, a lo que tenemos que sumar también los posibles problemas familiares que pueda haber.

  • 1 Diferencias entre anorexia y bulimia
    • 1.1 Anorexia nerviosa
    • 1.2 Bulimia
  • 2 Señales de desórdenes alimenticios
  • 3 Artículos de interés

Diferencias entre anorexia y bulimia

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La anorexia y la bulimia son dos diagnósticos distintos que se engloban bajo los desórdenes alimenticios. En la imagen que os mostramos a continuación, podréis ver qué aspectos son los que caracterizan y diferencian de la otra, para que tengáis una visión un poco más amplia de a qué nos estamos enfrentando.

Anorexia nerviosa

La anorexia nerviosa se caracteriza por sufrir un temor exagerado a aumentar de peso, lo que provoca que la persona que lo sufre cada vez como menos; esto también puede aparecer acompañado por realizar ejercicio de manera excesiva o mantenerse a dieta de forma constante.

Algunas de las características que definen esta patología son:

  • Rechazo a comer
  • Importante perdida de peso, alcanzando valores muy inferiores a los normales.
  • Miedo desmedido a aumentar de peso o volverse obeso
  • Distorsión de la imagen corporal y negación del problema
  • Falta de ciclo menstrual

Bulimia

Por otra parte, la bulimia se caracteriza por episodios regulares de una ingesta excesiva de alimentos en los que hay una sensación de pérdida de control. Hay veces que la bulimia puede venir acompañada de otro tipo de conductas como provocarse el vómito o el consumo de laxantes para evitar el aumento de peso.

A grandes rasgos, para diferenciar la bulimia de otro tipo de desorden alimenticio éstas son las características principales:

  • Atracones de comida seguidos por periodos de ayuno
  • Utilización de métodos purgativos: vómitos auto-inducidos, laxantes, pastillas.
  • Sensación de perdida de control: Impulsividad
  • Extrema preocupación por la imagen del cuerpo

Una característica común en ambas afecciones es la distorsión de la imagen corporal, es decir, la persona suele verse gorda aunque esté extremadamente delgada. Otra característica común es el uso de ropas grandes que ocultan el cuerpo y el deterioro de los vínculos sociales, el aislamiento y  falta de interés sexual.

Señales de desórdenes alimenticios

Las personas que sufren este tipo de trastorno suelen ocultarlo a los demás, es un acto y un pensamiento muy íntimo de la persona.

Hay una serie de signos o señales que pueden indicarnos que una persona puede estar sufriendo un problema alimenticio, algunos de ellos son:

  • Presenta un cambio general de actitud: depresión, retraimiento, falta de interés.
  • Usa ropa de tallas más grandes
  • Suele sentir frío todo el tiempo
  • Puede presentar episodios de agitación
  • Empieza a jugar con la comida, cortándola en trozos muy pequeños, dejando gran cantidad de desperdicio en el plato
  • Controla los ingredientes y calorías de cada comida.
  • Hay personas que suelen ir al baño después de comer

Otro apunte que creo que es importante señalar es que hay que tener cuidado con las páginas web que aparecen en la red, pues nos podemos encontrar todo tipo de páginas que fomentan, sirven de guía o dan el último empujón a adolescentes que se encuentran ante desórdenes como estos.

Cuando el entorno sospecha de la existencia de un trastorno alimenticio es conveniente realizar laconsulta con un psicólogo para que pueda llevar a cabo la evaluación pertinente y, si es necesario, llevar a cabo el tratamiento adecuado para esa persona.

Hay diferentes tipos de tratamientos puestos en marcha y que funcionan: tratamientos psicoanalíticos, internación en una institución especializada, tratamientos grupales, etc. Si bien los tratamientos en instituciones son altamente efectivos en el momento, no lo son a la hora de las recaídas. Por eso es aconsejable que si hay un entorno familiar y social dispuesto a ayudar, se realice tratamiento ambulatorio (sin internación) acompañando la psicoterapia individual con terapia grupal o familiar.

Las personas que sufren anorexia y otros trastornos de alimentación, muchas veces niegan el problema aún si su peso corporal es bajo y su salud peligra.

Generalmente un profesional en medicina, o  psicólogo  pueden ser el primer contacto para evaluar si una persona está sufriendo anorexia nerviosa. Es necesario un examen físico y efectuar estudios para tratar de averiguar qué problemas están llevando a la persona al tener una imagen distorsionada de si misma. Entre los tratamientos más usados para la anorexia están:

  • 1 Terapia Cognitivo-conductual (TCC)
  • 2 Psicoterapia para la Anorexia
  • 3 Tratamiento con fármacos
  • 4 Terapia familiar
  • 5 Hospitalización

Los Adolescentes: el Alcohol y Otras Drogas

Alcohol y Otras Drogas

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Alcohol y Otras Drogas

Los adolescentes pueden estar comprometidos en varias formas con el alcohol y las drogas legales o ilegales. Es común el experimentar con el alcohol y las drogas durante las adolescencia. Desgraciadamente, con frecuencia los adolescentes no ven la relación entre sus acciones en el presente y las consecuencias del mañana. Ellos tienen la tendencia a sentirse indestructibles e inmunes hacia los problemas que otros experimentan. El uso del alcohol o del tabaco a una temprana edad aumenta el riesgo del uso de otras drogas más tarde. Algunos adolescentes experimentan un poco y dejan de usarlas o continúan usándolas ocasionalmente sin tener problemas significativos. Otros desarrollarán una dependencia, usarán luego drogas más peligrosas y se causarán daños significativos a ellos mismos y posiblemente a otros.

La adolescencia es el tiempo de probar cosas nuevas. Los adolescentes usan el alcohol y las otras drogas por varias razones, incluyendo la curiosidad, para sientirse bien, para reducir el estrés, para sentirse personas adultas o para pertenecer a un grupo. Es difícil el poder determinar cuáles de los adolescentes van a experimentar y parar ahí, y cuáles van a desarrollar problemas serios. Los adolescentes que corren el riesgo de desarrollar problemas serios con el alcohol y las drogas incluyen aquellos:

  • con un historial familiar de abuso de substancias
  • que están deprimidos
  • que sienten poco amor propio o autoestima
  • que sienten que no pertenecen y que están fuera de la corriente

El uso de las drogas y el alcohol está asociado con una variedad de consecuencias negativas, que incluyen el aumento en el riesgo del uso serio de drogas más tarde en la vida, el fracaso escolar, el mal juicio que puede exponer a los adolescentes al riesgo de accidentes, violencia, relaciones sexuales no planificadas y arriesgadas y el suicidio.

Las señales principales del uso de alcohol y del abuso de drogas por los adolescentes pueden incluir:

  • Físicas: fatiga, problemas al dormir, quejas continuas acerca de su salud, ojos enrojecidos y sin brillo y una tos persistente.
  • Emocionales: cambios en la personalidad, cambios rápidos de humor, irritabilidad, comportamiento irresponsable, poco amor propio o autoestima, carencia de juicio, depresión, retraimiento y una falta general de interés.
  • De Familia: el comenzar argumentos, desobedecer las reglas, el retraerse o dejar de comunicarse con la familia.
  • En la Escuela: interés decreciente, actitud negativa, calificaciones bajas, ausencias frecuentes, faltas al deber y problemas de disciplina.
  • Problemas Sociales: amigos o pares envueltos con drogas y alcohol, problemas con la ley y el cambio dramático en el vestir y apariencia.

Algunas de estas señales de aviso pueden también ser señales indicativas de otros problemas emocionales. Cuando los padres se preocupan deben de tomar el primer paso y consultar con el médico de familia del adolescente. Si se sospecha el uso/abuso de drogas o alcohol, entonces al adolescente se le debe de hacer una evaluación comprensiva llevada a cabo por un siquiatra de niños y adolescentes o por otro profesional de la salud mental capacitado.

Los padres pueden ayudar a su hijo proveyéndole la educación a temprana edad acerca de las drogas y el alcohol, estableciendo comunicación, siendo ejemplo modelo positivo y reconociendo y tratando desde el comienzo los problemas que surjan.

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